Guerra constante
Muchas cosas suceden a nuestro alrededor aún en contra de nuestra voluntad. Todos quisiéramos vivir en un mundo perfecto donde reina la paz y el amor. Pero no es así, aunque el plan inicial del creador de todas las cosas fue el de una relación de amor con sus criaturas, no se realizó y no por parte de Dios sino por parte de las criaturas que se desviaron de su diseño original.
Debido a ello hoy nos es muy difícil encontrar nuestro propósito, pues la gran mayoría corre en el camino equivocado, lejos de su diseño original. Hay guerra y oposición fuerte para que no seamos capaces de discernir los planes que Dios tiene para nuestra vida y que planeó antes de que viéramos la luz por primera vez. Así quedó alli registrado en Jeremías 1:5.
«Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones».
Una vez entendemos que todos venimos a este mundo con un propósito, debemos saber que nuestra plenitud y felicidad se verán refelajados en la medida en que podemos alinearnos a ese propósito eterno.
El plan del enemigo es alejarnos de Dios y por tanto, de los planes que Él tiene para nosotros. Por eso tanta ansiedad, tanto estrés, tantas atracciones en este mundo para desenfocarnos y entreternos en cosas perecederas.
La Biblia es muy clara sobre la existencia de la guerra espiritual. Pedro advierte «Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar.» (1 Pedro 5: 8).
Si tenemos enemigo, pues entonces tenemos guerra. El enemigo anda siempre buscando a quien atacar.
Nuestros reales enemigos
Según el apóstol Pablo en Efesios 6: 10-18 los creyentes luchan contra los planes del diablo en una batalla espiritual, no física, no natural. Debemos ser conscientes de los planes terribles de Satanás (2 Corintios 2:11). En Efesios 6:12 se nos aclara quienes son estos enemigos contra los que tenemos guerra constante: «Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes».
Tres grandes buenas noticias
1. No estamos sólos, el Espíritu Santo está con nosotros.
«Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho». Juan 14:26
2. Podemos aramarnos espiritualmente con la Armadura de Dios . (Efesios 6:10-18)
Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
3. Y la mejor de todas es que los cristianos ya somos vencedores (Romanos 8:37) y que Satanás ya ha sido derrotado (Colosenses 2:15; 2 Pedro 3:22).
Por tanto queridos hermanos no podemos vivir con miedo a Satanás, el poder de Cristo dentro del creyente es mayor que el poder de Satanás (1 Juan 4: 4). Satanás puede venir con sus maquinaciones, puede dañarnos, puede tentarnos, pero no puede vencernos.
No ganamos la batalla por nuestras propias feurzas sino a través de Dios. Es sólo con y a través de Cristo que obtendremos la fortaleza necesaria para resistir al diablo y al tiempo malo. Sólo necesitamos estar firmes, ser constantes, ser obedientes a Dios y tomar los caminos de Dios que nos llevarán a nuestra redención y salvación eterna. Veamos como en estos versículos del capítulo 6 de Efesios se nos exhorta más de una vez a estar firmes y a buscar fuerzas en Dios.
11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
Conclusiones
Te exhortamos a que reconozcas que tenemos guerra constante, y no es natural, por lo que no puede ser enfrentada de manera natural. Entendamos que como soldados de Jesús necesitamos militar bien armados llenos de fe, de verdad y justicia.
Necesitamos caminar con Dios y tomar la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios, para tener las fuerzas suficientes y resistir al diablo.
Tenemos gran necesidad de Cristo para vencer el mal. No debemos tener miedo, pero tampoco debemos hacernos arrogantes e ignorar las maquinaciones de Satanás. Cristo venció en la cruz, pero nosotros debemos ser capaces de seguirle.
«Lucha la guerra correcta con las armas correctas. Aunque hay seguridad de victoria, el enemigo no duerme, ni se rinde»
Yudelsi Hernández